martes, 17 de noviembre de 2009


Porfirio Barba Jacob.


Nació en Santa Rosa de Osos el 29 de julio de 1883. Hijo de Antonio María Osorio y Pastora Benítez, se crió con sus abuelos en Angostura y en 1895 inició su peregrinaje, que lo llevo por varias ciudades del país y, a partir de 1907, a Centroamérica y Estados Unidos.
Fundó en Bogotá, hacía 1902, el periódico literario El Cancionero Antioqueño, que dirigió como Maín Jiménez. Su primera novela, Virginia, fue incautada por "inmoral" por el alcalde de su pueblo natal y se perdió. En 1906-1907, en Barranquilla, escribió sus primeros poemas que hicieron parte de Campiña Florida (1907), donde apareció su más conocido poema, Canción de la vida profunda. Entonces adoptó el sobrenombre de Ricardo Arenales, que usó hasta 1922, cuando en Guatemala lo cambió por Porfirio Barba-Jacob, que conservó hasta su muerte-.
La razón de cambiar su nombre por el original y enigmático Porfirio Barba Jacob se debió a problemas judiciales ocasionados por un homónimo de Ricardo Arenales.
Su vida fue un continuo y desgarrado peregrinaje por diversos países de América. Estuvo radicado en Guatemala, Honduras, Costa Rica, El Salvador, Cuba, Perú y México, colaborando en toda suerte de publicaciones literarias y políticas. Contradictorio, siempre propenso al escándalo, enriqueció la leyenda sobre su extravagante persona con una producción poética peculiar. Su espíritu errabundo, lleno de pasión y de nostalgia, formó parte esencial de su obra, signada además por la angustia y la sensualidad.
Lírico como ninguno, dice de él Nicolás Bayona Posada que poseyó el arte maravilloso de unir a la música de las estrofas una embriagadora melodía de pensamientos originales y alucinantes. Murió en 1942 de la tuberculosis en la Ciudad de México. Cuatro años después de su fallecimiento, ocurrido el 11 de enero de 1946, sus cenizas fueron reclamados por el gobierno colombiano, y se les dio vuelta en la Rotonda de los Hombres Ilustres.

No hay comentarios:

Publicar un comentario